El Observatorio de la Vulnerabilidad y el Empleo de la Fundación Adecco presenta el 16º informe #TuEdadEsUnTesoro, un análisis basado en una encuesta a 600 profesionales mayores de 50 años en búsqueda activa de trabajo. Mediante este análisis se da voz las personas sénior de cara a identificar sus necesidades, expectativas y aspiraciones en materia de empleo.
«Partimos de una realidad incuestionable y es la discriminación sistémica que afronta la población mayor de 50 años en su acceso al empleo. Si bien la preocupación por su inclusión laboral va en aumento, con un desarrollo cada vez mayor de las políticas de talento sénior y un compromiso creciente por parte de las empresas y Administraciones Públicas, siguen persistiendo prejuicios y estereotipos que son difíciles de combatir, y que relegan a las personas mayores de 50 años al desempleo de larga duración que, en no pocas ocasiones, se convierte en pasaporte precario y directo a la jubilación», destaca Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco.
Hay un dato muy revelador que da cuenta de esta discriminación laboral por edad. En primer lugar, la cronificación del desempleo: del total de personas mayores de 50 años que buscan trabajo (879.100), un 56% lleva haciéndolo más de un año, sin éxito. Una cifra que desciende al 38% para el resto de la población.
Incluir la edad en el curriculum, ¿sí o no?
En España, existe un marco regulador para evitar la discriminación laboral, empezando por el propio articulo 14 de la Constitución: «Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social».
Además, el artículo 4.2c del Estatuto de los Trabajadores aborda de forma directa el derecho a la no discriminación, declarando «nulas y sin efecto las acciones que den lugar a situaciones de discriminación directa o indirecta».
Por último, el artículo 8.12 de la Ley de Infracciones y Sanciones del Orden Social establece que tales acciones discriminatorias constituyen infracciones muy graves. Partiendo de este contexto, la discriminación laboral por edad está penalizada por ley; sin embargo, los prejuicios sociales siguen teniendo un gran peso en nuestro país, y esta discriminación puede producirse de forma tácita. En otras palabras, es posible que un reclutador no pregunte específicamente por la edad en una entrevista de trabajo, pero sí podría ejercer esta discriminación en las fases previas. Por ejemplo, mediante el descarte automático de una candidatura que supera los 50 años.
Entonces, ¿por qué las personas mayores de 50 años siguen incluyendo su edad en el currículum? Según se desprende de la presente encuesta, el 75% de las personas sénior en desempleo sí incluye su fecha de nacimiento, por transparencia y visibilidad. Sin embargo, el 25% restante prefiere no revelar este dato, por temor a que la edad dispare las reticencias a la hora de ser contratado.
«Tenemos que valorar cada caso y, en función de la experiencia exigida o la responsabilidad de la posición, decidir si incluimos la edad o prescindimos de ella, si creemos que no aporta ningún valor añadido«, explica Begoña Bravo, directora de Inclusión de la Fundación Adecco.
Descartados antes de llegar a la entrevista, ¿por la edad?
Es significativo que, del total de personas sénior en desempleo, el 75,3% no ha recibido respuesta de ninguna oferta a la que ha aplicado en el último semestre (por tanto no ha realizado entrevistas de trabajo) y 9 de cada 10 opina que la razón subyacente es la edad, ya que a partir de los 50 años los currículums “no superan el filtro”. El 10% restante opina que existen otros condicionantes como la fuerte competencia o la ausencia de habilidades suficientes para el puesto.
«Hay empresas que se han dado cuenta de que los prejuicios les están impidiendo reclutar talento y, de hecho, sus vacantes se quedan sin cubrir, por lo que empiezan a apostar por fórmulas como el currículum ciego, en las que se destacan únicamente, las competencias profesionales y experiencias. Sin embargo, y más allá de este tipo de prácticas, es fundamental transformar la mentalidad y los procesos de las empresas y de los reclutadores», explica Francisco Mesonero.
Sin embargo, la búsqueda de empleo es un proceso de doble vía que involucra tanto a la empresa como a la persona que busca trabajo, siendo fundamental la interacción entre estos dos roles para que tanto las compañías como las personas sénior logren sus objetivos en el proceso de contratación.
En este sentido, es importante destacar que con frecuencia, las personas sénior llegan a la búsqueda de empleo tras haber perdido su trabajo de toda una vida en la misma empresa, o bien tras largos periodos de inactividad. Así, en ocasiones, presentan una desactualización de competencias o desconocen las fórmulas de búsqueda de empleo, con una afectación de la autoestima que merma sus oportunidades laborales.
Por este motivo, «es imprescindible acompañar a las personas sénior para dotarles de competencias y habilidades, de modo que puedan mantener o incrementar su cualificación y no se cronifiquen en el desempleo», añade Begoña Bravo.
Cotizaciones y gastos inmediatos: sus principales preocupaciones
La presente encuesta ha identificado las principales claves por las que una persona sénior necesita encontrar una ocupación lo antes posible. Estos elementos se detallan a continuación:
- Cobertura de gastos básicos inmediatos
- Cotizaciones y proximidad de jubilación
- Autoestima y sentido de propósito
- Salud Mental
Todo por trabajar: dispuestos a cambiar de sector y aceptar un empleo de cualificación menor
Las personas sénior en desempleo están demostrando una flexibilidad laboral sin precedentes. Tienen razones de peso para querer trabajar y no solo tienden a desarrollar un mayor compromiso y fidelidad, sino que además están dispuestas a hacer concesiones para dar respuesta a estas necesidades y aspiraciones (cobertura gastos básicos, cotizaciones para la jubilación, autoestima y salud mental).
Es significativo que el 92% de las personas encuestadas estaría dispuesta a cambiar de sector de actividad, con tal de trabajar, y un 89,3% aceptaría un empleo de cualificación inferior.
Formación, elemento clave
En línea con esta flexibilidad y creciente mentalidad de cambio, un 70% de las personas sénior en desempleo está aprovechando esta situación para formarse y adquirir nuevos conocimientos y capacidades, siendo las áreas más destacadas la sanidad y la enfermería, las nuevas tecnologías o la gestión administrativa, por ser nichos de empleo que generan trabajo de forma continuada.
7 claves para la inclusión de las personas sénior en las empresas
- Promover una cultura de empresa «Age Friendly»
- Selección inclusiva
- Onboarding con protagonismo sénior
- Análisis de los puestos de trabajo y ciclo de vida de las plantillas
- Aprendizaje permanente
- Liderazgo inclusivo
- Transferencia de conocimiento e intercambio generacional